Michael Rodriguez, 27 de enero, 2025.
En muchas empresas, el término "trabajador de confianza" se ha convertido en una excusa para justificar abusos laborales que rayan en la ilegalidad y la explotación. Bajo esta etiqueta, se logra que muchos empleados trabajen jornadas extendidas sin recibir el pago de horas extras, a laborar en días feriados sin compensación y a aceptar condiciones que claramente vulneran sus derechos.
Lo que debería ser una categoría laboral específica y bien definida en la ley, se ha transformado en un mecanismo para burlar obligaciones patronales y hacer que los empleados entreguen más tiempo y esfuerzo sin una retribución justa.
El Ministerio de Trabajo (MTSS) no tiene un marco regulado para los trabajadores de confianza ni tampoco en el Código de Trabajo, lo que deja esta figura como una condición abstracta y probablemente verbal sin que el empleado pueda entender realmente que sucede en su relación laboral de forma clara.
La realidad es clara: ningún empleado está obligado a trabajar más allá de la jornada legal sin recibir una compensación. Las primeras 8 horas extras deben pagarse normal y las horas adicionales según corresponda, sin importar el título que tenga el trabajador dentro de la empresa. Negar este derecho es una violación grave que muchas empresas intentan encubrir con discursos de compromiso, lealtad y "esfuerzo adicional por el bien de la empresa".
Además del abuso en la jornada laboral, el mito del "trabajador de confianza" también se usa para evadir el pago de días feriados y descansos obligatorios. Este tipo de prácticas no solo afectan la calidad de vida de los empleados, sino que también fomentan un entorno laboral tóxico donde el abuso y la explotación se normalizan. Los trabajadores deben estar informados y no dejarse engañar: el hecho de no estar sindicalizado o ser considerado de confianza no significa perder derechos fundamentales. La trampa del "empleado de confianza" es un mecanismo vil que muchas empresas utilizan para maximizar su productividad a costa del bienestar de sus empleados, pero la ley está del lado de los trabajadores, y es fundamental que cada persona conozca sus derechos y los exija sin temor.
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